miércoles, 15 de febrero de 2017
CAPITULO 50 (PRIMERA HISTORIA)
-No se cómo salirme de esta, pero alguna manera habrá.
-Pau. -Carla, en la suite de la novia, alzó una copa flauta a contraluz para ver si estaba manchada y la dejó encima de la mesa-. Solo es una cena.
-No. Sabes que no es verdad. Es una cena para conocer a sus padres. Una cena en familia, nada menos.
-Hace dos meses que sales con Pedro. Ya era hora.
-¿Dónde esta eso escrito? -preguntó Pau-. Quiero ver donde esta eso escrito en el libro de las normas.- Dejó caer las servilletas de un modo que arrancó un suspiro a Carla y luego las arreglo con esmero-. Ya sabes lo que significa que un hombre te lleve a casa de su madre para que la conozcas.
-Sí. Significa que quiere que las dos mujeres que forman parte de su vida se conozcan, que quiere presumir de las dos.
-No quiero que presuman de mí. No soy un caniche. ¿Por qué no podemos seguir como estamos ahora? Él y yo
-Porque a esto se le llama tener una relación. Búscalo en el
diccionario.
Laura entró con una bandeja de fruta y queso y pilló al vuelo la última frase.
-Si tienes que estar siempre poniéndote de culo, Pau, ¿por qué no le dijiste que no?
-¿Ves estos pendientes de diamantes? -Pau señaló los corazones colgantes-. Me cegó el destello. Fue muy listo él, porque, como quien no quiere la cosa, me lo pidió después de decirle que tenía una celebración esta tarde a primera hora, pero que podríamos quedar luego. Me tendió una trampa.
-Burra -sentenció Laura.
-Ya lo sé. ¿Crees que no lo sé? Y aunque lo sepa, aunque sepa incluso que lo de burra me viene por la fobia que le tengo a mi madre, no por eso es menos real.
-No -coincidió Carla-. Pero podías haberle dicho esto mismo a él.
-Para él es importante. Lo vi, a pesar de que me lo propuso con mucha naturalidad. Pedro se merece a alguien que quiera ir a esa cena en familia y conocer a su madre. Ojalá se hubiera pospuesto, o hubiera sido la semana pasada y todo hubiese terminado ya... pero la semana pasada estaban en España, según creo. No es que sea importante lo de la semana pasada, lo digo porque me habría gustado que hubiera sido la semana anterior.
-Sabemos de sobra cómo es, Paula -sentenció Laura-. Porque todas hemos seguido el tema.
-Cada vez que creo que controlo la situación, que sé por dónde voy, aparece algo nuevo. Y sabéis de sobra que van a analizarme, que hablarán de mí.
-Personalmente, creo que es mejor pasar el mal trago de golpe -comentó Laura retirándose para examinar la mesa-. Tirarse de cabeza en la gran piscina familiar. Más fácil y rápido que si entras poco a poco.
-En eso no te falta razón -afirmó Pau al cabo de un rato.
-A ti se te dan bien las personas -apuntó Carla-. Consigues que hablen de sí mismas, llegas a conocerlas. Eso es lo que tienes que hacer.
-Bien pensado. Mirándolo por el lado bueno, quizá está agradable boda íntima terminará convirtiéndose en una juerga de borrachos que durará toda la noche.
-El PDNA parece follonero- comentó Laura.
Pau, animada, abrazó por detrás a sus amigas.
-Tendré pensamientos positivos. Vale mas que bajemos a ayudar a Emma. Es hora de que empiece el espectáculo.
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