jueves, 9 de febrero de 2017
CAPITULO 29 (PRIMERA HISTORIA)
Parecía que las cosas estaban saliendo bien, decidió Pedro.
Si no hubiera visto tanto entre bambalinas, habría creído que todo iba como la seda. Las flores, la música, la radiante novia bañada por la luz de las velas. Se quedó detrás con Daniel y Jeronimo contemplando a las dos personas que se prometían amor eterno.
Pero no podía quitar los ojos de Pau.
Se movía con tanta suavidad, tan silenciosamente... Aunque no parecía una sombra. Era demasiado luminosa para ser confundida con una sombra. Sin embargo, apenas revolvía el aire y parecía centrar toda su atención en las dos personas situadas frente al crepitante fuego.
-Están locos el uno por el otro, ¿No te parece? -murmuró Daniel.
-Sí.
Cuando los recién casados se volvieron y enfilaron el pasillo,
Pau se precipitó hacia la salida y dio un codazo a Pedro para que torciera a la izquierda. Una vez en el vestíbulo, la fotógrafa bajó la cámara durante unos segundos.
-Te necesitaré para las fotos de grupo. Ponte detrás de mí.
Los invitados salieron por otra puerta. Pau aprovechó la escalera, el vestíbulo y la sala de recepciones, ya vacía.
Pedro observó que trabajaba rápido. No parecía darse prisa, pero iba disparando todo el rato, haciendo posar a los distintos grupos y a las parejas... y evitando con gran tacto cualquier situación que juntara a la belicosa dama de honor con el padrino.
En el momento de terminar, Carla tomó el control.
-Carla los hará poner en fila para las presentaciones. Iremos por este lado.
-Deja que te ayude con la bolsa.
-No, estoy acostumbrada. -Pau precedió la marcha. Recorrieron pasillos, entraron en la cocina, donde se apresuraban los del catering, y llegaron al salón principal-. Tomaré unas fotos cuando entren. Esa es la mesa de los novios, la del corazón. Es un almuerzo de varios platos, con mesas numeradas. Cuando todos se hayan sentado, solo es cuestión de estar atentos hasta que la oportunidad se presente. ¿Qué tal aguantas?
-Muy bien. Tú haces todo el trabajo.
-Todavía estamos en alerta roja. Hemos de vigilar al PCYM.
Si sale del salón, uno de nosotros tendrá que ir tras él para asegurarse de que solo va a hacer pis o a fumar un pitillo. Cuando terminemos y vayamos al salón de baile, será la locura. No iremos tan programados y costará más seguirle el rastro.
Pau tenía razón. Pedro se pegó a ella cuando comenzó la auténtica fiesta. Los invitados aprovecharon la música para ponerse a bailar o a charlar en grupos. La gente iba arriba y abajo. Pedro ya estaba avisado de su cometido y se fijó en que había varios miembros del personal junto a las puertas de salida. Aquello era muy excitante.
-Creo que ya ha pasado lo peor -dijo Laura acercándose a ellos-.Después del siguiente plato viene el pastel, y el padrino sigue sin moverse. Tampoco hay señales del objetivo. Los novios no parecen preocupados.
-Se les ve muy felices -afirmó Pau-. Dispararé noventa más y terminamos.
-Voy a comprobar la mesa del postre.
-Ya verás cuando pruebes un trozo -dijo Pau a Pedro-. De pastel. Es increíble.
-¿Pedro? ¡Pedro! -Una hermosa rubia vestida de rojo se le echó encima y, sujetándole los brazos, le sonrió-.Sabía que eras tú. ¿Cómo estás?
-Muy bien. Ah...
-Steph. Stephanie Gorden. La amiga de Corina. Qué rápido olvidan algunos... -Steph rió y se puso de puntillas para darle un beso en la mejilla-.No sabía que eras amigo de Naomi y Brent.
-En realidad soy...
-Brent es primo mío. ¡Qué boda tan bonita! Este lugar es una maravilla. ¿Te imaginas tener una auténtica sala de baile en tu propia casa? Aunque supongo que los Brown la alquilan para poder mantenerla. Tendré que ir a buscar a Greg. Te acuerdas de mi marido Greg, ¿verdad? Le darás una sorpresa cuando te vea. ¿Cuánto hace? Al menos un año. No te habíamos visto desde que tú y Corina... -Steph se interrumpió y lo miró con lástima-. Siento mucho que no funcionara. Pensábamos que erais perfectos el uno para el otro.
-Ah, bueno... no. Te presento a Paula Chaves. Es la fotógrafa de las bodas.
-Hola, ¿qué tal? ¡Debes de estar agotada! Te he visto corriendo por ahí y sacando fotos. Naomi te lo debe de haber puesto fácil. Es una novia preciosa.
-Sí, ha sido... facilísimo.
-Yo también he hecho unas fotos muy bonitas. Estas cámaras digitales prácticamente funcionan solas, ¿verdad?
-Desde luego. Yo apenas cuento. Tendréis que perdonarme. Voy a fingir que estoy trabajando.
Cuando Pedro volvió a encontrarse con Pau, ella estaba improvisando unas fotos en la pista de baile.
-Lo siento. No creo que tuviera la intención de ser grosera, pero es idiota y no puede evitarlo.
-No te preocupes.-Pau cambió de cámara y le pasó la sobrante-. Ponle la tarjeta de memoria. ¿Recuerdas como se hace?
-Sí.
-Están adornado la limusina. Quiero ir a hacer unas fotos antes de que traigan el pastel.
Pedro pisándole los talones, siguió a Pau hacia la salida.
-Rompisteis... ¿hace un año? -preguntó Pau.
-Eh... sí. Más o menos. Estuvimos juntos un año también, y convivimos unos ocho meses. Puede que nueve. Luego ella decidió que quería irse a vivir con otro. Y se fue.
Pau se detuvo.
-Te hizo daño.
-No tanto como habría podido, dada la situación. Eso significa que no éramos la pareja perfecta. Ni mucho menos.
-Si vivías con ella, debías de estar enamorado.
-No. Quería estarlo, que no es lo mismo. Paula... -empezó a decir Pedro cuando ya salían de la casa.
-¡Mierda, maldita sea, joder!
-¿Cómo?
-La PDLS. ¡Alerta roja! -grito al micrófono-.PDLS vista en el ala meridional de la entrada principal. El PCYM está con ella. Vamos, Pedro. Tenemos que cortarles el paso mientras esperamos refuerzos.
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