jueves, 9 de febrero de 2017

CAPITULO 30 (PRIMERA HISTORIA)





No estaba seguro de lo que el pensaba hacer y mucho menos de lo que pretendía ella. Pero cuando Pau salio disparada por el césped cubierto de nieve, Pedro instintivamente la cogió en brazos.


-¿Qué? ¿Qué haces?


-Llevas unos zapatos demasiado ligeros.


-¡Y tu también! ¡Bájame! ¿Cómo voy a dar una imagen dura y a imponerme si me llevas en brazos? Bájame, bájame o nos tomarán la delantera. -En el momento en que la soltó, Paula salio zumbando. Con paso largo, pensó Pedro. Como una gacela saltando por la nieve con sus largas piernas. El no tenía ninguna gracia y lo sabia. Pero podía ser rápido cuando debía.


La adelantó. Resbaló con torpeza en el sendero por culpa de sus zapatos, destrozados y rebozados de nieve, y eso redujo el impacto de la barrera, pero intercepto el paso al furioso padrino y a su querida actual.


-Lo siento. El señor y la señora Lester no desean la presencia de la señorita Poulsen en esta boda.


-Ella viene conmigo y vamos a entrar.


Pedro se fijo en que el padrino, más que furioso, iba algo bebido.


-Repito que lo siento, Pero tenemos que respetar el deseo de los novios.


Casi sin aliento, Pau llegó hasta ellos


-Sabes perfectamente, porque te lo hemos dicho varias veces, que tu amiga no está invitada a la fiesta


-Donny -protestó Roxanne tirando de la manga al padrino-. Dijiste que no sería un problema


Una mezcla de rabia y vergüenza hizo subir los colores a Donny.


-No habrá ningún problema porque lo digo yo. Es la boda de mi hermano y puedo traer a quien quiera. Meg se ha cruzado. Que le den. Ella no es nadie para decirme lo que debo hacer. Apartaos de mi camino. -Hizo un gesto de amenaza a Pau y a Pedro-. Vosotros solo sois unos mandados.


-Ella no entrará -dijo Pau. Calculó que después de tantos viajes al bar, el ego, el orgullo y el resentimiento nadaban en un mar de alcohol.


¿Por qué no llegaban los refuerzos?


-Lo has dicho hace un momento. Es la boda de tu hermano. Si ella tiene para ti más importancia que su felicidad, marchaos los dos. Esto es propiedad privada y tú amiga no esta invitada.


-Donny- Roxanne volvió a tirarle de la manga- No tiene ningún sentido…


-He dicho que tú vienes conmigo. -El padrino giro en redondo y se encaro con Pau-. ¿Quién carajo te has creído que eres? No eres nadie para hablarme así de mi hermano Y ahora, ¡fuera de mi vista! -Con los ojos inyectados en sangre el padrino la empujó.


Pedro se interpuso inmediatamente entre los dos.


-No vuelvas a tocarla. Estás borracho y esta claro que eres un imbécil. Voy a tener eso en cuenta. Tranquilo y cálmate. Estoy seguro de que en el fondo no querías hacer eso.


-Pues mira, sí quiero


Y el padrino dio un puñetazo en plena cara a Pedro. Del impacto, Pedro echó hacia atrás la cabeza, pero no se movió del sitio. Roxanne chilló y Pau soltó un taco. Antes de que diera un paso adelante, Pedro la empujo tras él para apartarla.


-Ella no va a entrar. Y tú ya no vuelves dentro. Lo único que has demostrado es que eres demasiado egoísta para pensar en nadie, excepto en ti mismo. Has puesto en ridículo a la señorita Poulsen y debería darte vergüenza. Pero no tendrás oportunidad de avergonzar a tu hermano y a su esposa en un día como hoy. O te marchas por tu propio pie o seré yo quien te ayude.


-¿Por que no lo ayudamos todos?- Dijo Daniel poniéndose junto a Pedro mientras Jeronimo aparecía por el otro lado.


-No creo que sea necesario- Carla rodeo el sendero y se abrió camino hasta ellos. De pie, clavo los ojos en el padrino, con la altanería de una reina del hielo vestida de Armani-. ¿Verdad que no, Donny?


-Tenemos cosas mejores que hacer. Vamos, Roxie. Este lugar es una cutrez.


-Me asegurare de que se marchen- Dijo Daniel sacudiendo la cabeza disgustado- Volved a la casa. ¿Cómo tienes la cara Pedro?


-No es la primera vez que me dan un puñetazo.-Pedro intento mover la mandíbula- Aunque siempre duele.


-Una bolsa de hielo. - Carla observo con frialdad al PCYM y a la PDLS mientras estos se alejaban- Emma.


-Acompáñame, Pedro.


-No pasa nada. De verdad.


-Una bolsa de hielo.- El tono de Carla no admitía un <<no>>.-Daré la señal de que todo esta despejado y volveremos. Que nadie se vaya del pico.


-¿Has visto lo que ha hecho?- murmuró Pau.


-¿Quién?


-Pedro. Él… cada vez que pienso que lo tengo todo controlado, entonces me descoloca. Me tiene desorientada.


<<aquí hay otra que también esta cruzada», pensó Dani mientras Pau se iba corriendo por el sendero para finaliza el trabajo.






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