domingo, 12 de febrero de 2017

CAPITULO 38 (PRIMERA HISTORIA)





-Creo que lo hemos conseguido. ¿No os parece que hemos triunfado? Ay, qué cansada estoy... -Emma se desperezo en el sofá-. Y me siento un poco mareada. He comido demasiados dulces para calmar los nervios. ¿Verdad que lo hemos conseguido?


-Como no nos contraten, voy a hacer una colecta para encargar que den una paliza a Kathryn Seaman. -Laura apoyo los pies en el montón de álbumes que había sobre la mesita de centro-. Esa mujer es dura de pelar.


-Quiere mucho a su hija -Comentó Carla.


-Si eso se supone, pero caray, nos hemos dejado la vida para presentar la boda perfecta y no hemos conseguido que la madre se comprometa.


-Lo hara. En caso contrario, no nos hará falta la colecta. Yo misma la asesinaré. -Carla, masajeándose la nuca, caminaba arriba y abajo-. Necesita pensarlo, hablarlo con su marido, y Jessica tiene que comentarlo con Josh, porque él también tendrá algo que decir. Es lógico. Es normal.


-Kate es quien lleva las riendas -señaló Pau-. Creo que lo único que quiere es torturarnos. Se quedó con la boca abierta cuando vio el pastel de bodas Palacio Real.


Laura se mordisqueó el labio.


-¿Tú crees?


-La estaba observando. Me he dedicado a observarla como el gato que vigila el ratón... aunque quizá era yo el ratón y ella el gato. Pero la observaba. Se le han iluminado los ojos al ver el pastel. Casi he oído sus pensamientos: «Este pastel en forma de palacio no va a ser para nadie más que no sea mi niña>>. Hemos Triunfado en todo. Las dos han suspirado de emoción con los cornejos y las lucecitas de colores. ¿Y qué me decís del ramo en cascada de tulipanes? Jessie se lo ha adjudicado. Y cuando la madre menciona, como quien no quiere la cosa, que su marido es un patoso, Carla echa mano a su mágica colección de tarjetas y saca una de un profesor particular de baile.


-Ese ha sido un buen tanto -coincidió Emma-. Resumiendo, mamá quiere lo que quiere la niña, y la niña nos quiere a nosotras. Es una corazonada. -Dejó escapar un suspiro y se levantó-. Tengo que ir a plantar cincuenta y cinco narcisos para una fiesta de despedida. Llevaos unos tulipanes.


-Voy a ver si me han devuelto el coche. Tengo una sesión al aire libre y un montón de recados pendientes. -Pau se dirigió entonces a Carla-. Si mi madre no aparece, ¿puedo tomar prestado tu coche?





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